Sinópsis:
Cuando a finales de los sesenta del siglo pasado los jóvenes estadounidenses adopten la cultura hippie abrazarán con ella las drogas. Al buscar la marihuana allí dónde estén, los agricultores locales pasarán a convertirse en "empresarios". Este enriquecimiento acelerado tendrá un efecto devastador sobre las sociedades tradicionales.
Crítica:
Ciro Guerra ya es un habitual de San Sebastián. En 2003 su trabajo La sombra del caminante ganó el premio Films in Progress y su película El abrazo de la serpiente fue nominada al premio Horizontes latinos en 2015. Tampoco es ajeno a los reconocimientos públicos con premiso en cannes o Sundance, y con Pájaros de verano como representante de Colombia en los Oscar.
Nos encontramos ante una historia en los albores del narcotráfico colombiano. Es una historia basada en la "bonanza marimbera", cuando los indios wayú o guajiros se enriquecieron con el cultivo de marihuana a la vez que sufrían una gran convulsión en su sociedad. Al pasar la bonanza la sociedad wayú no tenía respuesta ante los problemas con los que se quedaba.
Raphayet vive del tráfico de café y licor y quiere casarse con Zaida. Ursula, madre de Zaida y matriarca del clan no simpatiza con la petición y propone una elevada dote. Raphayet tiene a un socio, Moisés, un alijuna, un no wayú. Junto se iniciarán en el tráfico de marihuana para conseguir la dote. Aunque logra casarse con Zaida, Raphayet sigue en el negocio y prospera a la vez que en el proceso se va alejando de las costumbres y tradiciones wayú. Moisés queda fuera de control por la codicia. Posteriormente Leónidas, hijo de Úrsula, seguirá el mismo camino. Las tradiciones, ritos y formas dejan de respetarse entre los miembros y clanes de los wayú. La situación se torna inestable y poco a poco se va a generar una espiral de violencia que provocará a un baño de sangre y para muchos la pérdida de la identidad y la pertenencia a un grupo.
Los directores no se centran en la faceta del narcotráfico, sino en las comunidades indígenas y cómo se ven afectadas por su interacción con el mundo occidental. Es un fenómeno que muchas pueblos han sufrido a lo largo de la historia al encontrarse con otros grupos y culturas más pujantes. Pero en este caso el contraste es extremo. En un lado tenemos una cultura capitalista, que valora el poder del dinero y de la propiedad y donde el intercambio se produce por el valor equivalente de los bienes, una economía monetaria. En el otro lado está una cultura basada en las tradiciones, los sistemas jerárquicos y el respeto a determinadas figuras tradicionales, una sociedad agrícola al límite de la economía de trueque. Raphayet ya apenas es un wayu pero su villa está en medio del desierto, sigue teniendo los sueños premonitorios, recurre al "palabrero" y al consejo de la matriarca y duerme en una hamaca con Zaida, a pesar de tener una enorme cama en la habitación. La película también busca la ocasión de mostrarnos la belleza de algunas tradiciones wayú, de sus tejidos coloridos. Y entre las costumbres relevantes nos presenta la figura del "palabrero", un mensajero que resuelve los conflictos a través de la mediación. Éste es un personaje secundario pero está siempre presente y resulta fundamental en el desarrollo de la narración.
Las aves tienen un simbolismo específico para los wayú, y están muy presentes en muchas escenas, como augurios de lo que ha de venir. Son unos extras muy presentes durante toda la narración. Los paisajes también son extras a su modo, extensos y menudo áridos, como de western. Ello contribuye a generar dos sensaciones, una de integración de los indígenas con la naturaleza y otra de pequeñez del hombre frente a ésta.
Nos encontramos ante el choque de una cultura tradicional con sus esquemas y valores y cómo sus miembros los abandonan por la riqueza y los bienes materiales, a veces obtenidos de modo ilícito. Cuando estos "ex indígenas" se encuentran ante problemas morales y crisis, su antiguo esquema ya no les ayuda al haberlo abandonado, pero tampoco el actual que no han terminado de incorporar. Una película bella que merece la pena ver.
Nos encontramos ante una historia en los albores del narcotráfico colombiano. Es una historia basada en la "bonanza marimbera", cuando los indios wayú o guajiros se enriquecieron con el cultivo de marihuana a la vez que sufrían una gran convulsión en su sociedad. Al pasar la bonanza la sociedad wayú no tenía respuesta ante los problemas con los que se quedaba.
Raphayet vive del tráfico de café y licor y quiere casarse con Zaida. Ursula, madre de Zaida y matriarca del clan no simpatiza con la petición y propone una elevada dote. Raphayet tiene a un socio, Moisés, un alijuna, un no wayú. Junto se iniciarán en el tráfico de marihuana para conseguir la dote. Aunque logra casarse con Zaida, Raphayet sigue en el negocio y prospera a la vez que en el proceso se va alejando de las costumbres y tradiciones wayú. Moisés queda fuera de control por la codicia. Posteriormente Leónidas, hijo de Úrsula, seguirá el mismo camino. Las tradiciones, ritos y formas dejan de respetarse entre los miembros y clanes de los wayú. La situación se torna inestable y poco a poco se va a generar una espiral de violencia que provocará a un baño de sangre y para muchos la pérdida de la identidad y la pertenencia a un grupo.
Las aves tienen un simbolismo específico para los wayú, y están muy presentes en muchas escenas, como augurios de lo que ha de venir. Son unos extras muy presentes durante toda la narración. Los paisajes también son extras a su modo, extensos y menudo áridos, como de western. Ello contribuye a generar dos sensaciones, una de integración de los indígenas con la naturaleza y otra de pequeñez del hombre frente a ésta.
Nos encontramos ante el choque de una cultura tradicional con sus esquemas y valores y cómo sus miembros los abandonan por la riqueza y los bienes materiales, a veces obtenidos de modo ilícito. Cuando estos "ex indígenas" se encuentran ante problemas morales y crisis, su antiguo esquema ya no les ayuda al haberlo abandonado, pero tampoco el actual que no han terminado de incorporar. Una película bella que merece la pena ver.
Ficha técnico-artística:
- Director: Cristina Gallego y Ciro Guerra
- Guión: Ciro Guerra
- Intérpretes: Natalia Reyes, Carmiña Martínez, José Acosta, John Narváez, José Vicente
- País: Colombia
- Duración: 125 minutos
- Música: Leonardo Heiblum
- Fotografía: Maria Camila Arias